En los próximos meses es muy probable que se retorne a condiciones neutrales del fenómeno ENOS. Hay bastante expectación entre los científicos ante un posible evento de El Niño para finales del año, que podría traer temperaturas de récord y olas de calor sin precedentes.
Semana a semana las condiciones del océano Pacífico tropical y la circulación atmosférica acoplada vienen dando claras señales de que el actual evento La Niña está transcurriendo en su etapa final.
Los pronósticos ganan fiabilidad, y los grandes centros internacionales de monitoreo del fenómeno ENOS (El Niño - Oscilación del Sur) predicen que para el trimestre febrero-marzo-abril la probabilidad de retornar a condiciones neutrales asciende al 80%.
Las previsiones señalan que a partir de febrero hay un 80% de probabilidad de volver a condiciones neutrales.
Por supuesto, el escenario del retorno de un evento de El Niño aparece en el horizonte lejano. Por un lado, tras tres años prácticamente ininterrumpidos de La Niña, sería muy extraño que pueda volverse a la fase fría del fenómeno ENOS. A su vez, los pronósticos probabilísticos empiezan a mostrar la probabilidad del retorno del Niño con un valor por encima de 50% a partir de la segunda mitad del 2023, cuando climatológicamente la probabilidad de que ocurra esta fase en esa época del año ronda normalmente entre el 25-30%.Sin embargo, estos pronósticos probabilísticos hay que tomarlos “con pinzas” por el momento, no solo porque tenemos aún muchos meses por delante, sino también porque todavía falta superar la conocida barrera de la predictibilidad del ENOS durante la primavera del hemisferio norte, una etapa del año donde es sabido que los modelos numéricos tienen una menor habilidad en simular la evolución del fenómeno.
Si volviera El Niño… ¿cuáles serían las consecuencias?
La comunidad científica está expectante ante la probabilidad del retorno de El Niño durante este 2023. Si esto ocurriera, las temperaturas promedio globales mostrarían naturalmente un incremento, siendo muy probable que superen el umbral crítico de 1,5 °C de calentamiento respecto a los valores preindustriales.
Recordemos que hasta el momento, el año más caluroso registrado en el planeta fue el 2016, impulsado en buena medida por un gran evento El Niño.
A priori, todo hace pensar que este año será más caluroso que el 2022, pudiendo concluir como el quinto o sexto más caluroso registrado, según los expertos. Si El Niño ocurriera finalmente, hacia el final de este año, considerando que su efecto de calentamiento tarda meses en sentirse, es mucho más probable que el 2024 sea el que establezca un nuevo récord de temperatura global.
El Cambio climático más la influencia de El Niño
Los gases de efecto invernadero emitidos por las actividades humanas han elevado la temperatura global promedio en alrededor de 1,2 °C hasta la fecha. Esto viene provocando impactos catastróficos en todo el mundo, desde olas de calor abrasadoras en los EE. UU. y Europa hasta inundaciones devastadoras en Pakistán y Nigeria, que afectaron a millones de personas.
"Es muy probable que el próximo gran El Niño nos lleve a más de 1,5 °C", declaró el el profesor Adam Scaife, jefe de predicción a largo plazo de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, en declaraciones publicadas por The Guardian.
“Sabemos que con el cambio climático, los impactos de los eventos de El Niño van a ser más fuertes, y eso hay que sumarle los efectos del cambio climático en sí, que está creciendo todo el tiempo. Por la sumatoria de ambos fenómenos, es probable que veamos olas de calor sin precedentes durante el próximo El Niño”, indicó Scaife.