La falta de preparación financiera no solo implica la incapacidad de reparar daños a la propiedad, sino también la dificultad para cubrir gastos básicos como alojamiento, alimentación y atención médica en el periodo posterior a un desastre. Muchas familias se enfrentan a la posibilidad de endeudamiento significativo o incluso a la bancarrota si un evento catastrófico daña su hogar o interrumpe sus ingresos.
Expertos advierten sobre la necesidad de establecer un plan de emergencia financiera que incluya un fondo de reserva para situaciones imprevistas, seguros adecuados para cubrir diferentes riesgos y un plan para acceder a recursos de ayuda en caso de necesidad. La planificación financiera preventiva es crucial para mitigar el impacto de un desastre natural, no solo protegiendo las finanzas personales, sino también la estabilidad familiar.
El informe del AICPA sirve como un llamado a la acción para que individuos y familias tomen medidas proactivas para fortalecer su resiliencia financiera ante desastres naturales. La creación de un plan, la diversificación de ahorros y la búsqueda de información sobre programas de asistencia gubernamental son pasos vitales para prepararse para lo inevitable y evitar un futuro financiero incierto.
Se recomienda consultar con asesores financieros para elaborar un plan personalizado y adaptado a las circunstancias individuales, considerando factores como la ubicación geográfica, el tipo de vivienda y el nivel de ingresos.