Este despertar volcánico no es un suceso aislado. La erupción se produjo días después de que una intensa actividad sísmica sacudiera la región, incluyendo un potente terremoto de magnitud 6.8 cerca de las Islas Kuriles, acompañado de un enjambre de réplicas de menor intensidad. Múltiples fuentes científicas y geológicas, citadas por medios como CNN y Reuters, sugieren una conexión directa entre los eventos, postulando que la energía liberada por el terremoto principal podría haber desestabilizado la cámara magmática del volcán, actuando como el detonante de esta erupción histórica.
Inicialmente, la combinación del fuerte sismo y la actividad volcánica llevó a las autoridades rusas a emitir una alerta de tsunami para la costa de Kamchatka. Sin embargo, la amenaza fue reevaluada y la alerta fue levantada posteriormente, trayendo un alivio parcial a las comunidades costeras. No obstante, la densa nube de ceniza representa un riesgo significativo para la aviación en una de las principales rutas aéreas que conectan América del Norte con Asia. Los expertos continúan monitoreando de cerca tanto la actividad del Krasheninnikov como la sismicidad de la zona, una de las más activas del Cinturón de Fuego del Pacífico.